Mortal y rosa de Francisco Umbral
En la mujer joven se ama y se busca el tiempo, el poco tiempo, el milagro de la edad, algo general y anónimo, se busca el esplendor de la especie. No es posible encontrar a la mujer bajo el brillo de sus pocos años. Luego, el brillo decae y aparece una señora, un ser humano, una vida. Pero eso ya nos interesa menos a los grandes egoístas líricos. No por mero azacaneo sexual, sino porque uno cree más en la lírica que en la psicología, prefiere deslumbrarse a comprender, en amor.
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