La frontera de la tierra de Francisco Plata
Ahora bien, una cosa es echar mano de palabras en otras lenguas porque no hay todavía vocablos equivalentes en la propia, o porque conllevan atributos culturales específicos e intraducibles, o porque en un momento determinado facilitan la comunicación, o incluso porque hay detrás un propósito concreto o una segunda intención, y otra muy diferente es hacerlo por ignorancia, por esnobismo, o por una mezcla de las dos.A mí, francamente me exaspera el uso indiscriminado de coach, de meeting, de password o de feedback, cuando podemos decir, sin que se nos caigan los anillos, entrenador, reunión, contraseña y comentario, entre otras opciones. Humillar nuestro idioma es como despreciar nuestra propia identidad.
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