Gracias y desgracias del ojo del culo de Francisco De Quevedo
Por donde salió el pedo, meta el diablo el dedo.
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Calificación promedio: 5 (sobre 58 calificaciones)
/El escritor, periodista y cineasta, Diego Osorno, conversa con Harold Torres acerca del gran interés que ha tenido por la lectura desde niño (cuando leía periódicos y cualquier texto que llegara a sus manos) cultivando esta pasión hasta formar una impresionante biblioteca que actualmente consta de más de cinco mil ejemplares. De su voz escuchamos el poema Nocturno de la calzada Madero, cuyo autor inspiró la creación del documental Vaquero de medio día dirigido por nuestro invitado. Libros leídos: Los periodistas de Vicente Leñero Un manifiesto del periodismo infrarrealista de Diego Osorno (texto escrito para el primer confeccionario del Encuentro Nuevos Cronistas de Indias' Al pie de un volcán te escribo de Alma Guillermoprieto Nadar sabe mi llama de Samuel Loyola Los detectives salvajes de Roberto Bolaño Libros mencionados: Los albañiles de Vicente Leñero Asesinato de Vicente Leñero Los presidentes de Julio Scherer Autores mencionados: Arthur Conan DoyleJulio Verne Julio Scherer John Lee Anderson Alma Guillermoprieto Rafael Rodríguez Castañeda Juan Villoro Guillermo Prieto Nicanor ParraMario Santiago PapasquiaroGonzalo RojasPablo NerudaVicente HuidobroFrancisco de QuevedoOctavio Paz
Gracias y desgracias del ojo del culo de Francisco De Quevedo
Por donde salió el pedo, meta el diablo el dedo.
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La Hora de todos y la Fortuna con seso de Francisco De Quevedo
Si no agradare lo que digo, bien se le puede perdonar a un hombre ser necio una hora, cuando hay tantos que no lo dejan de ser una hora en toda su vida.
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Gracias y desgracias del ojo del culo. de Francisco De Quevedo
Que es más necesario el ojo del culo sólo que los de la cara; por cuando uno sin ojos en ella puede vivir, pero sin ojo del culo ni pasar ni vivir.
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Poesía de Francisco De Quevedo
A fugitivas sombras doy abrazos; en los sueños se cansa el alma mía; paso luchando a solas noche y día con un trasgo que traigo entre mis brazos. Cuando le quiero más ceñir con lazos, y viendo mi sudor, se me desvía; vuelvo con nueva fuerza a mi porfía, y temas con amor me hacen pedazos. Voyme a vengar en una imagen vana que no se aparta de los ojos míos; búrlame, y de burlarme corre ufana. Empiézola a seguir, fáltanme bríos; y como de alcanzarla tengo gana, hago correr tras ella el llanto en ríos. |
Poesía de Francisco De Quevedo
Por ti el breve presente, que aún ve apenas la espalda del pasado, que huye de la vida arrebatado, le comunica y trata frente a frente. |
Poesía de Francisco De Quevedo
Triunfará del olvido tu hermosura; mi pura fe y ardiente, de los hados; y el no ser, por amar, será mi gloria. |
Poesía de Francisco De Quevedo
La tierra vivo, tierra al cielo miro; por merecer su habitación suspiro; de ellos aprenderé, la noche y día, a hacer tu voluntad, y no la mía. |
Poesía de Francisco De Quevedo
No me aflige morir; no he rehusado acabar de vivir, ni he pretendido alegar esta muerte que ha nacido a un tiempo con la vida y el cuidado. |
Poesía de Francisco De Quevedo
¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente? |
Poesía de Francisco De Quevedo
Cualquier instante de la vida humana es nueva ejecución, con que me advierte cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana. |
Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"