La Odilea de Francisco Chofre
Una de esas noches en que chifla el mono de mala manera y la cosa no está para andar de serenata por ahí, se encontraban reunidos en la casona del mandamás Zeulorio, reconocido por todo aquello como “el que más mea”, unas cuantas personas de alivio, quienes veían y sentían en Zeulorio al paternal apañador de sus hambrunas, siempre que el año abocaba como pedrada en blanco de ojo.
|