Cancionero de Francesco Petrarca
Aunque lo que me trajo a amar primero ella quiera quitarme, que mi firme querer no he de apartarme. Entre las áureas crenchas, escondido tenía Amor el lazo; y el hielo de sus ojos luego ha herido mi alma con un flechazo, por la virtud de su esplendor movido; y me hace, al acordarme, de todo otro deseo despojarme. ¡Ay, triste!, que los áureos cabellos mostrarme ya no quiere; y el movimiento de los ojos bellos, conforme huyen, me hiere; mas, porque bien muriendo honor se adquiere, no quiera, por sanarme, Amor de tales nudos desatarme. |