Retrum. Cuando estuvimos muertos de Francesc Miralles
Al terminar la lectura elevé la mirada. El día se alargaba cada vez más; una copiosa bandada de aves atravesaba el cielo teñido de malva. Fue entonces cuando sentí una repentina tristeza, ya que me di cuenta de que aquellos pájaros sabían adónde se dirigían, mientras que yo había perdido totalmente el rumbo.
|