Francesc Miralles

La vida no tendría ningún sentido si dejáramos de perseguir imposibles. Y ahora mismo tú eres el único imposible que me importa.

El tiempo no espera a nadie.

-Amor en minúscula?
-Si, tal vez sea el único descubrimiento del que me siento orgulloso -dije exaltado-. Uno hace un pequeño acto bondadoso y eso desata una cadena de acontecimientos que le devuelven el amor multiplicado. Al final, aunque quieras volver al punto de partida, ya no es posible. Porque el amor en minúscula ha borrado cualquier camino de regreso hacia lo que habías sido antes.

-Por lo tanto, cuando hablamos de ladrillos, letras o átomos, lo que cuenta es quién los ordena y qué uso les damos. Dicho de otro modo, no importa lo que somos, sino lo que hacemos con lo que somos. Da igual vivir 650.000 horas que seis horas y media. Las horas no sirven para nada si no sabes qué hacer con ellas.

Todas las almas sublimes tienen parte de locura. Y la tuya lo es.

Gandhi lo expresaba así la felicidad aparece cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces está en armonía

Antes de darme la espalda para dormir, murmuró:
- Tenemos todo el tiempo del mundo. O quizás no.

La fuerza de un amor que aún no era capaz de admitir me impulsaba a ir tras ella, pero mi cuerpo no se movía en el umbral. En mi interior se libraba una batalla que me obligaba a escoger en un instante entre Lucía y la Oscuridad.

Pero aún es más posible que sienta que no merezco la felicidad de amar a nadie.

Por primera vez me daba cuenta de que nuestro valor se mide, sobre todo, por el bien que hacemos a los demás.

Miles de velas pueden encenderse con una sola vela, la vida de la vela no será por ello más corta, La felicidad nunca mengua porque sea compartida.

A veces confundimos querer estar solos con la necesidad de estar con la persona adecuada.

El cambio te acompañará toda la vida… Si esperas a tener un momento de calma para hacer algo, vas listo. Aquello que quieras hacer, la locura que tengas en mente, tendrás que llevarlo a cabo en medio de la tormenta del cambio.

Tengo miedo de dejar de acordarme de ella. Cuando ocurrió todo empecé a pensar que, al morir, las almas se convierten en cometas. Y que los que nos quedamos aquí recordándolas llevamos el cordel sujeto a la muñeca.
Siempre están con nosotros y, de alguna manera, siguen formando parte de este mundo. Pero si las olvidamos, el cordel se escapa y la cometa se pierde para siempre.

Porque la vida no tendría ningún sentido si dejáramos de perseguir imposibles. Y ahora mismo tú eres el único imposible que me importa.

lo que importa no es cuánto tiempo vivimos, ni cuánto dinero acumulamos o si somos o no famosos. Lo que queda es la vibración positiva que hayamos producido durante nuestro paso por esta vida

A veces, los que más deprisa avanzan son los que están más perdidos.

Las señales están ahí, todas: las que nos parecen más amables, las más crueles y las más insignificantes.

Como dice Hesse cada cual avanza como puede y se halla en un trecho diferente del camino

Cada soledad es única y no se parece a ninguna otra, porque tiene sus propios motivos para existir