La madre de Fiona Barton
Y, sin embargo, quiero vivir ese momento que llevo veintiocho años esperando. Empiezo a salivar y me siento mareada una vez más. Tengo en la cabeza la imagen de un ángel vengador batiendo unas alas poderosas con la fuerza de los vientos celestiales. Basta. Tengo que controlarme.
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