El jugador de Fiódor Dostoyevski
Por ridícula que sea la esperanza que he puesto en la ruleta, encuentro más ridícula aún la opinión, generalmente admitida, que estima absurdo esperar algo del juego. ¿Por qué el juego ha de ser peor que cualquier otro medio de procurarse dinero, como el comercio, por ejemplo?
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