Las cenizas de la inocencia de Fernando Benzo Sainz
Acababa de cumplir los diecisiete años cuando maté a un hombre. Aquel disparo, de alguna forma, también me mató a mí. O, al menos, mató a la persona en la que me estaba convirtiendo. Aquella noche alguien murió para que yo renaciese. Otra vida fue interrumpida. La vida de alguien que era yo y que ya no fui nunca más. |