33 años sin llorar de F.G. Labandal
-¿Sufrís la soledad, Eduardo? -No lo sé. -¿Cómo no lo sabés? - Uno se acostumbra a la soledad. Y se da cuenta de que la sufrió cuando deja de estar solo. -¿Quién te enseñó a hablar tan poético? - La vida - sonrió. |