Si el amor es una isla de Esther Sanz
-Mi padre me dijo una vez que los sueños son como el horizonte. Sabes perfectamente que, cuando te acercas un paso, él retrocede un paso. Das diez, y se aleja diez (...). Nunca alcanzarás el horizonte, pero en eso reside su fuerza y su razón de ser. Porque el horizonte nos sirve para avanzar. Para seguir caminando, igual que los sueños.
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