El chico de la flecha de Espido Freire
Esa es la enseñanza más dura de la vida, Marco: aprender a distinguir a las buenas personas de las que no lo son y verlo por encima de lo que nos dicen. No importa si son libres o esclavos; patricios o libertos; extranjeros o ciudadanos; hombres, mujeres o niños; si pertenecen a nuestra familia o no. Tienes que mirar en los ojos, que dicen que llevan directamente al corazón y alejarte de quien te trata mal. Los monstruos andan por ahí, no sabemos dónde. Pero tendrás tu inteligencia, a tus amigos y a quienes te quieren para protegerte de ellos.
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