El circo de la noche de Erin Morgenstern
Los secretos son poderosos -empieza a relatar Widget-. Y ese poder disminuye cuando se comparten, así que lo mejor es guardarlos, y muy bien. Compartir secretos, secretos genuinos, importantes, aunque sea con una única persona, los modificará. Escribirlos es incluso peor, porque nadie sabe cuántos ojos los verán en el papel, a pesar del cuidado que se tenga. De modo que es mejor no compartir los secretos, si uno los tiene, por el propio bien y por el de los secretos.
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