Un Mar Sin Estrellas de Erin Morgenstern
Supone que leer una novela es como jugar a un juego, en el sentido de que alguien que es mucho más diestro en este juego en particular ya ha tomado de antemano todas las decisiones por uno. (Aunque a veces le gustaría que volvieran a estar de moda las novelas de elige-tu-propia-aventura).
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