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Calificación promedio: 5 (sobre 94 calificaciones)
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Un Mar Sin Estrellas de Erin Morgenstern
-Como he dicho, todo el mundo quiere ser parte de una historia. -Todo el mundo es parte de una historia. Lo que quieren ser es parte de algo que valga la pena registrar. Es el temor de la mortalidad, la necesidad de que los demás sepan que estuviste aquí y que importaste. |
Un Mar Sin Estrellas de Erin Morgenstern
-El lector. El jugador. El público. Eso es lo que aportas. Aunque a lo largo del camino no tomes las decisiones, ni decidas lo que significa para ti -La chia que teje hace una pausa para atrapar un punto perdido y continua-. Un juego o un libro que tiene significado para mi puede resultar aburrido para ti, o viceversa. Las historias son personales, te identifican o no te identifican.
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El circo de la noche de Erin Morgenstern
«Compartir secretos, secretos genuinos, importantes, aunque sea con una única persona, los modificará. Escribirlos es incluso peor, porque nadie sabe cuántos ojos los verán en el papel, a pesar del cuidado que se tenga. De modo que es mejor no compartir los secretos, si uno los tiene, por el propio bien y por el de los secretos»
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El circo de la noche de Erin Morgenstern
Las historias han cambiado, mi querido muchacho -dice el hombre de traje gris, con un tono de tristeza casi imperceptible-. Ya no hay batallas entre el bien y el mal, ni monstruos a los que ajusticiar, ni doncellas a las que rescatar. En mi experiencia, la mayoría de las doncellas son capaces de rescatarse a sí mismas o, por lo menos, las que valen la pena. Ya no quedan cuentos sencillos sobre búsquedas y bestias, con final feliz. Las búsquedas carecen de un objetivo o camino definido. Las bestias adoptan distintas formas y ya no es fácil reconocer su verdadera identidad. Y los finales felices no existen, ni felices ni de ningún otro tipo. Todo se extiende, se yuxtapone y desdibuja. Tu historia forma parte de la historia de tu hermana y de otras muchas historias. No hay manera de saber a dónde nos conducirán.
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El circo de la noche de Erin Morgenstern
Ese ese, en parte, el motivo por el que hoy hay menos magia en el mundo. Al fin y al cabo, la magia es secreta, y los secretos son mágicos. Llevamos muchos, muchos años enseñando magia, compartiéndola y haciendo cosas aún peores. Al escribirla en elegantes libros que con el tiempo se cubren de polvo solo la hemos hecho menguar, la hemos ido privando poco a poco de su poder. Tal vez fuera ineludible, pero no inevitable. Todo el mundo comete errores.
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Un Mar Sin Estrellas de Erin Morgenstern
-Hola- lo saluda de nuevo-. ¿Has venido a leer? Creía que estaba aquí para leer y no para que me leyeran, pero la historia ha cambiado. -¿De qué modo? -pregunta Zachary. Simon lo mira sin comprender.-. ¿De qué modo ha cambiado la historia? -vuelve a repetir, señalando hacia arriba a las páginas y las estatuas, preocupado por el comportamiento de Simon y aún más inquieto por el modo en que todo se sigue repitiendo. Cada vez se siente más confundido cuando, en realidad, todo debería volverse más claro. -Se rompió -responde Simon, sin explicar cómo se hace para romper una historia. Quizá es como romper una promesa-. Tiene bordes cortantes. -¿Cómo la arreglo? -pregunta Zachary. -Es imposible arreglarla. Solo se puede avanzar con el daño a cuestas. Mira aquello. -Le indica algo dentro de la historia que Zachary no puede ver-. Tú, con tu amado y tu espada. Las mareas subirán. Hay un gato que te busca. |
El circo de la noche de Erin Morgenstern
-La diferencia entre contrincante y compañero es una cuestión de perspectiva -sigue Tsukiko-. Lo miras desde otro lado y la misma persona puede ser ambas cosas, ninguna o algo completamente distinto. Es difícil saber cuál es el verdadero rostro. Y, además de tu contrincante, hay otros muchos factores a los que debes hacer frente.
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El circo de la noche de Erin Morgenstern
Mientas escucha el latido regular del corazón de Marco, al ritmo del tic-tac del reloj, Celia desea tener el poder de detener el tiempo. Querría vivir en ese instante para siempre, acurrucada entre sus brazos al tiempo que él le acaricia la espalda. Querría no tener la obligación de marcharse.
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Un Mar Sin Estrellas de Erin Morgenstern
-¿Quiénes son las estrellas? -Nosotros somos las estrellas. Todos somos polvo de estrellas y relatos. |
¿En que trabaja Kote?