La Reina del Tearling de Erika Johansen
—Tenías razón, Lazarus. Veo mi propia muerte y no le tengo miedo. Pero, antes de irme, voy a abrir una brecha aquí, ancha como el Océano de Dios. Si no quieres morir conmigo, será mejor que te marches ahora. —Señora, vuestra madre no fue una buena reina, pero tampoco fue mala. Fue una reina débil. Ella no habría sido capaz de dirigirse conscientemente hacia su muerte. La proximidad de la muerte puede conferir un poder enrome, pero antes debéis estar segura de que, si provocáis el caos, será por el bien de vuestro pueblo y no contra el recuerdo de vuestra madre. Esa es la diferente entre una reina y una cría enfada. |