Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
"tan sólo el hospital da un auténtico testimonio de lo que es la guerra"
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Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
"tan sólo el hospital da un auténtico testimonio de lo que es la guerra"
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Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
"Cuando uno se siente solo es cuando empieza a observar la naturaleza y a amarla"
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Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
"Podéis soportar los horrores mientras agacháis simplemente la cabeza; pero en cuanto reflexionáis, os matan."
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Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
"Esto les pasa a muchos, en cuanto se ven con galones ya no son los mismos; van tan envarados que parece que hayan comido cemento armado"
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Sin novedad en el frente. El camino de regreso. Los tres camaradas de Erich Maria Remarque
Con nuestros ojos juveniles muy abiertos, vimos que el concepto clásico de Patria, tal como nos lo habían inculcado nuestros maestros, conducía aquí, a un despojo de la personalidad como nadie se hubiera atrevido a exigir al criado más humilde.
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Sin novedad en el frente. El camino de regreso. Los tres camaradas de Erich Maria Remarque
Ahora está completamente solo, con su pequeña vida de diecinueve años, y llora porque lo abandona. Es la agonía más dolorosa y conmovedora que jamás he presenciado.
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Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
Fuego graneado, fuego de bloqueo, fuego de cortina, minas, gases, tanques, ametralladoras, granadas de mano… palabras, palabras, pero en ellas se encierra todo el horror de este mundo. Nuestras caras están cubiertas de costras; nuestro pensamiento aniquilado, estamos mortalmente cansados. Cuando llega una orden de ataque debemos despertar a puñetazos a más de uno para que nos siga. Tenemos los ojos inflamados, las manos destrozadas, los codos rotos, las rodillas nos sangran. ¿Pasan semanas, meses, años? Días, tan solo días… vemos desaparecer el tiempo, cerca de nosotros, en los rostros descoloridos de los moribundos; tragamos la comida, corremos, lanzamos granadas, disparamos, matamos, nos tiramos al suelo, estamos extenuados, embrutecidos, y sólo nos sostiene una coa: darnos cuenta de que todavía los hay más extenuados, más embrutecidos, más desvalidos que nosotros; saber que nos miran con los ojos muy abiertos, como si fuéramos dioses, porque hemos escapado tantas veces a la muerte. Pág. 106. + Leer más |
Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
No puede comprenderse que encima de unos cuerpos tan destrozados se sostengan todavía rostros humanos en los que la vida siga su curso cotidiano. Y este es tan solo uno de los innumerables centros sanitarios, es un solo hospital. Los hay a miles en Alemania; a miles en Rusia; a miles en Francia. ¡Qué inútil debe ser todo lo que se ha escrito, hecho o pensado en el mundo, cuando todavía es posible una cosa así! Forzosamente, todo ha de ser mentira e insignificancia cuando la cultura de miles de años no ha podido impedir que se derramen estos torrentes de sangre ni que existieran esas cárceles del dolor y el sufrimiento. Tan solo el hospital da un auténtico testimonio de lo que es la guerra. Pág. 201. |
Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
Cuando uno se siente solo es cuando empieza a observar la naturaleza y a amarla. Pág. 147. |
Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
- La guerra nos ha estropeado a todos. Tiene razón. Ya no somos jóvenes. Ya no queremos conquistar el mundo. Somos fugitivos. Huimos de nosotros mismos. De nuestra vida. Teníamos dieciocho años y empezábamos a mamar el mundo y la existencia; pero hemos tenido que disparar contra esto. La explosión de la primera granada nos estropeó el corazón. Estamos al margen de la actividad, del esfuerzo, del progreso… Ya no creemos en nada; solo en la guerra. Pág. 70. |
Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
Por un camino transversal pasan cañones ligeros y carros de municiones. Los lomos de los caballos brillan al claro de la luna, sus movimientos son hermosos, levantan vivamente la cabeza y pueden verse lucir sus ojos. Los cañones y los carros parecen resbalar sobre un fondo de paisaje lunar. Los jinetes, con sus cascos de acero, parecen caballeros de tiempos pasados; es algo de una extraña belleza que cautiva. Pag. 47. |
Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
No responde. Las lágrimas le resbalan por la cara. Querría sacárselas, pero mi pañuelo está muy sucio. Pasa una hora. Sigo sentado, preparado, espiando cada uno de sus gestos por si desea algo. Si por lo menos abriese la boca y gritase… Pero sólo llora con la cabeza inclinada hacia un lado. No habla de su madre ni de sus hermanos; no dice nada. Debe encontrarse ya lejos de todo esto. Ahora está solo con su pequeña vida de diecinueve años y llora porque le abandona. Pág. 28. |
Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque
Mientras ellos seguían escribiendo y discurseando, nosotros veíamos ambulancias y moribundos; mientras ellos proclamaban como sublime el servicio al Estado, nosotros sabíamos ya que el miedo a la muerte es mucho más intenso. Con todo, no fuimos rebeldes, ni desertores, ni cobardes –tenían siempre tan dispuestas estas palabras-; amábamos a nuestra patria tanto como ellos y al llegar el momento de un ataque, nos lanzábamos a él con coraje. Pero ahora distinguíamos. Ahora habíamos aprendido a mirar las cosas cara a cara y nos dábamos cuenta que, en su mundo, nada se sostenía. Nos sentimos solos de pronto, terriblemente solos; y solos también debíamos encontrar la salida. Pág 14. |
¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?