En un lugar solitario: Narrativa 1973-1984 de Enrique Vila Matas
Un buen día, muy a primera hora de la mañana, subí al palomar del cuartel y en pocos minutos me bebí una botella de coñac y fumé varios porros de kif y tomé cinco anfetaminas. Dos horas después, en plena instrucción militar, condicionado por los efectos de la feroz mezcla, lanzaba con potente ímpetu mi fusil a las nubes. Dicen que hacerse pasar por inglés es una de las representaciones más difíciles de poner en escena. Pues bien, simular que uno está loco (sin estarlo) también es muy complicado, pero desde luego no lo es tanto si uno está loco perdido, loco de verdad.
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