Dublinesca de Enrique Vila Matas
Soy un hombre apagado, piensa. Pero sería peor que a alguien le diera por encender las lámparas de mi existencia. Nada bueno sería que sucediera cualquier cosa y todo esto se animara y la casa se convirtiera en un exaltado barracón de feria y yo pasara a ser el centro de una vibrante novela. Y sin embargo es como si lo viera venir. Ocurrirá pronto algo, estoy seguro. De golpe, alguien vendrá a interrumpir mi vida monótona de viejo que camina descalzo por su casa, sin encender la luz, y se queda a ratos quieto, apoyado en algún mueble a oscuras mientras escucha las carreras de los ratones. Pasará algo, estoy seguro, mi vida conocerá un vuelco y mi vida será una novela eléctrica. Si eso ocurre, será horrible. No creo que me guste que me separen del encanto inigualable de mi vida corriente. Pág. 69. |