Miquiño Mío de Emilia Pardo Bazán
[...] nadie puede sustituir en ese punto a tu Porcia [...] Es que estimo en ti lo que solo en ti se encuentra, sin dejar de saborear lo otro, que es mejor por ser tuyo. En prueba te abrazo fuerte, a ver si de una vez te deshago y te reduzco a polvo. En cuanto yo te coja, no queda rastro del gran hombre.
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