La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida de Elvira Sastre
Si te marchas hazlo con ruido: rompe las ventanas, insulta a mis recuerdos, tira al suelo todos y cada uno de mis intentos de alcanzarte, convierte en grito a los orgasmos, golpea con rabia el calor abandonado, la calma fallecida, el amor que no resiste, destroza la casa que no volverá a ser hogar. Hazlo como quieras, pero hazlo con ruido. No me dejes a solas con mi silencio. |