En la boca del lobo de Elvira Lindo
La vida no te da armas para defenderte cuando eres niña, te las concede cuando ya es demasiado tarde.
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En la boca del lobo de Elvira Lindo
La vida no te da armas para defenderte cuando eres niña, te las concede cuando ya es demasiado tarde.
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Noches sin dormir de Elvira Lindo
La escritura siempre ha de ser valiente, aunque a costa de eso una se muestre desnuda.
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En la boca del lobo de Elvira Lindo
¿Es nuestro destino desaparecer cuando otros se hagan dueños de nuestro espacio?
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A corazón abierto de Elvira Lindo
Ahora tenéis que cuidarla, dice alguien. La niña, al oírlo, alberga los dos sentimientos que ya no habrán de abandonarla nunca, el de la responsabilidad y el de la amenaza. La responsabilidad es una presión en el pecho, la amenaza de la muerte, el apretón de una garra en la nuca.
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A corazón abierto de Elvira Lindo
¿Cómo va a empatizar con el dolor de los demás aquel a quien no se le ha permitido mostrarlo?
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Una palabra tuya de Elvira Lindo
La abandoné como quien deja que un niño se interne en un bosque. [...] Todos somos muy perspicaces a la hora de predecir el pasado, pero en el presente la mitad de las cosas pasan delante de nuestros ojos sin que nos demos cuenta de su verdadero sentido
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Lo Que Me Queda Por Vivir de Elvira Lindo
Sólo comiendo se puede sobrevivir a cualquier catástrofe; a la pena espiritual y al dolor físico.
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A corazón abierto de Elvira Lindo
Hay traumas que en vez de brotar de una experiencia brutal se cuecen a fuego lento hasta conformar nuestro carácter . Si borrara mi trauma, ¿se desvanecerían los años de mi infancia?
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A corazón abierto de Elvira Lindo
A veces la ficción, al describir a un personaje escuetamente, convierte en estereotipo o en caricatura a una persona compleja, que no cabe en un libro. Mi padre no cabía en dos adjetivos, no cabe en un libro, porque ese hombre áspero y rudo, charlatán, sin duda, que carecía de la malicia de quienes encubren la vanidad con falsa humildad. Ese hombre verborreico y fanfarrón, que a veces podía ser cruel, estaba también incapacitado para el rencor, y no pudiendo resistir las ganas de vernos, nos escribió una carta, una carta sincera y honda, declarando que sus sentimientos estaban por encima de cualquier malentendido literario. Esa carta, que no he podido volver a leer, porque me hace daño, y que provoca en mí una mezcla de remordimiento y de amor, está fotocopiada entre sus papeles, como fotocopiada está su vida entera, en su afán de que nada quedara en el olvido.
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Elvira Lindo
A Tristana le concede inteligencia y dulzura, y la idea, extravagante para la época, más en labios de una mujer, de que el único lazo que debe unir a dos amantes ha de ser el puro amor y no las convenciones |
30 maneras de quitarse el sombrero de Elvira Lindo
Al nacer cada mañana me pongo un corazón nuevo que me entra por la ventana |
30 maneras de quitarse el sombrero de Elvira Lindo
Dicen que me he vuelto más seria escribiendo. Se equivocan. Me he vuelto más libre. Ya no intento hacer gracia, porque hay cosas que quiero contar en otros tonos. Utilizo el humor cuando estoy de humor. Al periódico le hubiera gustado que fuera su graciosa de guardia, y lo entiendo, lo normal en los medios es que te encarguen lo que has hecho antes y ha funcionado, pero yo siento aversión a cumplir órdenes o verme encasillada
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La edad de la inocencia