Elsa García

La familia es aquella gente que siempre esta, que no te falla; o que lo hace, pero vuelve, porque para eso es familia. Y tú la perdonas, porque para eso es familia. La familia es aquella a la que tú a veces querrías pegar, pero por la que matarías sin dudar. Son esas personas que te cuidan, te protegen y te quieren. Las que están bien cuando tu sonríes y las que lloran contigo cuando las lágrimas te ganan. Las que son luz, hogar y refugio.

Hay cosas que en esta vida damos por sentadas, a las que nos acostumbramos y dejamos de prestar atención. Y entonces desaparecen y las echamos en falta.

Fuimos un yo que quise confundir con un nosotros.

Sé que dejar algo fuera de tu vida no te asegura que no te destroce al tener que decirle adiós.

Por muy lejos que hayas llegado a volar, sabes encontrar el camino de vuelta a casa.

Porque dos personas que se regalan sonrisas tienen el derecho a intentarlo casi todo.

Es imposible olvidar lo que es parte de ti.

La familia se falla y se perdona, porque para eso es familia.

Existe un nudo invisible que te ata a aquellos a quienes alguna vez quisiste tanto como para no ser capaz de olvidarlos, ni a través del tiempo , la distancia y la ausencia.

Cuando sientes que te asfixias , cualquiera que viene a ofrecerte aire nuevo parece tu mejor opción.

Vosotros nunca necesitasteis buscaros para encontraros.

El amor es un latido en un corazón ajeno

cuando quieres a alguien , no lo dejas.

Algunos de nuestros actos traen caídas que dejan cicatrices en nuestra piel, pero que esas marcas pueden acobardarnos o recordarnos que una vez tuvimos coraje y que mereció la pena. Esas heridas nos convierten en quienes somos hoy.

durante un tiempo se transformó en un león enjaulado que luchaba por mantener sus instintos bajo la piel, como el ave que aprendió a volar, pero escondió las alas cuando llego la primera caída, la más fuerte, la que le robó demasiadas plumas.

El hombre que eres ahora también merece ser querido y permitirse querer.

Hay temores que no son ajenos a nadie.

El amor evoluciona, cambia, se transforma, y a veces es complicado entender que lo que más anhelamos una vez no es lo mismo que podemos acabar deseando en un fututo.

Si sigo mirando hacia atrás no tardare en tropezarme con alguna piedra del camino que no consiga ver por estar distraída en algo que no tiene solución.

Nadie vive de verdad sin romperse.