Ay, William de Elizabeth Strout
Pero cuando pienso: ¡Ay William!, ¿no quiero decir también ay Lucy!? ¿No quiero decir: ¡ay, todo el mundo, ay, todos en este ancho mundo!? Porque no conocemos a nadie, ni siguiera nos conocemos a nosotros mismos. Si acaso un poquitín; poquísimo. Pero todos somos misteriosas mitologías. Todos somos misterios: eso quiero decir. Puede que esto sea lo único en el mundo que sé que es cierto. |