El corazón de una condesa de Elizabeth Bowman
Es cierto, casi todas las niñas sueñan desde la cuna con todo esto, nana: con vivir en mansiones lujosas, pasearse en maravillosos carruajes y lucir vestidos de ensueño, como princesas de cuento. -Su voz había descendido hasta alcanzar un tono bajo y melancólico, casi un sollozo-. Pero no saben que toda esta fastuosidad esconde detrás la soledad más absoluta, y que hay mansiones que no son más que cárceles para quienes viven en ellas y vestidos que actúan a modo de mortaja. Esta vida de lujo y esplendor encierra un cúmulo de frivolidad, hipocresía y ... soledad.
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