Elizabeth Acevedo

He tenido muchas cosas de las que sentirme avergonzado y he aprendido que la mayoría de ellas son problemas de otras personas, no míos.

"Una de las primeras cosas que le peguntan a alguien es dónde vive. El lugar del que provenimos deja su huella en nosotros, y si sabes leer las señales de un lugar, sabes un poco más de una persona."

"El mundo es un tocadiscos que nunca deja de girar; y, como seres humanos, lo único que podemos hacer es elegir las pistas que queremos saltarnos y las que nos inspiran a salir a bailar."

Tu silencio amuebla una casa oscura. Pero aun a riesgo de quemarse, la mariposa nocturna siempre busca la luz.

He aprendido a confiar en las palabras bonitas incluso menos que en una cara bonita.

Tal vez sea más que una simple historia de dos ciudades; es una historia de dos barrios. Por un lado, la gente tiene miedo de venir aquí porque dicen que esta parte de la ciudad es peligrosa, "subdesarrollada", y una parte de mí piensa, bueno, no te acerques. Pero todo el mundo sabe que las cosas buenas como los mercados de agricultores, las tiendas de abarrotes renovadas y la recolección constante de basura solo suceden cuando los forasteros se mudan.

El mundo es un tocadiscos que nunca deja de girar; como humanos, simplemente elegimos las pistas en las que queremos sentarnos y las que nos inspiran a bailar.

Y así, a la edad de cuatro años, aprendí que alguien podía llorar de un recuerdo feliz.

Aquí está la cosa: estos maestros olvidan que tengo que tomar decisiones difíciles todos los días.

Y, a veces, concentrarse en lo que puede controlar es la única manera de disminuir la punzada en el pecho cuando piensa en las cosas que no puede.

El mundo es un plato giratorio que nunca deja de girar; como humanos, simplemente elegimos las pistas que queremos escuchar y las que nos inspiran a bailar.

Cuando me dicen que tenga fe en el padre, en el hijo, en los hombres, y los hombres son los primeros en hacerme sentir tan pequeña.

Solo sé que aprender a creer en el poder de mis propias palabras ha sido la experiencia más liberadora de mi vida. Me ha traído la mayor cantidad de luz. ¿Y no es eso lo que es un poema? ​​Una linterna que brilla en la oscuridad.

Ella me dice que las palabras dan permiso a las personas para ser más plenas y ¿no son estos los poemas que más necesitaba escuchar?

¡Quémalo! Quémalo. Aquí es donde están los poemas —digo, golpeando un puño contra mi pecho. “¿Me quemarás? ¿Me quemarás a mí también?

Y pienso en todas las cosas que podríamos ser si nunca nos dijeran que nuestros cuerpos no fueron hechos para ellos.

Cuando tu cuerpo ocupa más espacio que tu voz eres siempre el blanco de rumores certeros, por eso yo dejo que mis nudillos hablen por mí