Olga de papel. El viaje extraordinario de Elisabetta Gnone
Dormía y soñaba, y algunas veces soñaba que dormía entre las páginas del libro que acababa de leer, sentía la textura blanda del papel y el olor de la tinta.
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Olga de papel. El viaje extraordinario de Elisabetta Gnone
Dormía y soñaba, y algunas veces soñaba que dormía entre las páginas del libro que acababa de leer, sentía la textura blanda del papel y el olor de la tinta.
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Olga de papel. El viaje extraordinario de Elisabetta Gnone
Todo el mundo sabía que a Olga le gustaba contar bien sus historias y que, si no, no las contaba. Así que, cuando la joven Tindal comenzaba un nuevo relato, la gente se ponía a escuchar. Puede que fuera por las ansias de conocer de quienes jamás se habían movido del pueblo, o puede que por las cosquillas que cada una de las historias hacía en un rinconcito de la mente.
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Olga de papel. El viaje extraordinario de Elisabetta Gnone
—O sea, que tú crees en el tejón parlante y culto, que dice «antes muerto» en latín, malo mori, ¿no, Ben? ¡Malo mori! Y que le reveló el nombre científico de su especie mientras servía una cena suculenta que él mismo había preparado.
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Olga de papel. El viaje extraordinario de Elisabetta Gnone
Olga se había hecho la idea de que en realidad la señora Yibod (ella era la mujer bala y él quien encendía la mecha) no hubiera muerto, sino que la hubiera disparado muy lejos su marido, que desde entonces la buscaba. «Y de noche es más fácil distinguir una estela luminosa que cruce la bóveda celeste»
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Olga de papel. El viaje extraordinario de Elisabetta Gnone
No engaña a los ojos lo que va derecho al corazón...
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Fairy Oak. El encanto de la oscuridad de Elisabetta Gnone
Un ancla te fija a la tierra, señorita, pero la confianza... ¡Ah, la confianza! ¡La confianza puede hacerte volar donde quieras!
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Fairy Oak. El poder de la luz de Elisabetta Gnone
...Su corazón pasará a otra hada y, si yo la encuentro, reconoceré en ella la misma mirada, el mismo coraje, la misma sabiduría que alimenta nuestra luz. Un hada nunca muere...
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Fairy Oak. El poder de la luz de Elisabetta Gnone
Y si hubiese estado oscuro, probablemente me habría fiado de lo que tocaba con mis manos. Se puede ver con muchas cosas, niña: con la nariz, con las manos y también con la experiencia, y más que cualquier cosa, mejor que todas, nos guía el corazón.
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Fairy Oak. El poder de la luz de Elisabetta Gnone
Si nuestro corazón no hubiera estado tan abatido, quizá hubiéramos encontrado precioso aquel espectáculo.
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¿Quién mata al elfo Dobby?