Olga de papel. El viaje extraordinario de Elisabetta Gnone
Olga se había hecho la idea de que en realidad la señora Yibod (ella era la mujer bala y él quien encendía la mecha) no hubiera muerto, sino que la hubiera disparado muy lejos su marido, que desde entonces la buscaba. «Y de noche es más fácil distinguir una estela luminosa que cruce la bóveda celeste»
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