El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
Hemos crecido con la idea de que mostrar nuestra rabia es malo, de modo que los signos que dejamos que nos asomen al rostro son solo los que no podemos controlar pero lo intentamos. Es más que un enfado. Es...fuego. Cuando sentimos rabia, por un momento, también estamos locos.
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