Elísabet Benavent
“Los límites los ponemos nosotros porque te voy a contar un secreto: la cara —me señaló la nariz— no es un espejo del alma. Es un espejo donde flota la imagen que tenemos de nosotros mismos. ¿Qué quieres que vean los demás? ¿La Sofía gorda que cree que no puede ligarse a quien quiere o la Diosa de carne que ya les gustaría a muchos…?”
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