Seremos recuerdos de Elísabet Benavent
Los abrazos son el primo pobre de las caricias, cuando pocas veces algo reconforta más. El calor del cuerpo que te acoge, la presión de los miembros que encajan en tu cuerpo y que te visten, el olor de la persona a la que le cedes ese espacio tan tuyo. Un abrazo es, sin duda, un homenaje a la confianza, una ofrenda casi sagrada.
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