DEL AMARANTO A LA FLUORESCENCIA de Elisa Macías
Máquinas creadas para entretener, seducir y complacer a los humanos. Máquinas tan carismáticas y cautivadoras que era fácil olvidar que lo fueran, que si les abrían en canal podrían seguir sonriendo siempre que no se les acabase el amaranto.
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