Cartas de una pionera de Elinore Pruitt Stewart
[…] a mí lo único que me preocupan son los batallones de mujeres cansadas, preocupadas, a veces con frío y con hambre, muertas de miedo de perder sus trabajos, que podrían disponer de comida a montones y de buenas hogueras con solo recoger leña y de casas acogedoras de su propiedad si tuvieran el coraje y la voluntad de conseguirlo.
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