El color del silencio de Elia Barceló
Ayer soñé con La Mora. Era uno de esos sueños que al principio no se distinguen de la realidad y a la vez son como los sueños de descubrimiento, que producen esa euforia no solo del reencuentro con lo muy amado, sino de maravillado asombro por todo lo que es nuevo, lo que siempre estuvo allí y uno no fue capaz de ver entonces.
|