La frontera lleva su nombre de Elena Moreno Scheredre
Yo no sé cómo se impregna a un niño de solidaridad cuando vive cobijado, querido y sin que le falte de nada, pero sé la manera en que ella me regaló la posibilidad de tomar a pequeños sorbos el veneno de la sangre derramada en la frontera, cuando los republicanos huían y los judíos hacían el camino inverso buscando refugio en un país donde nadie supiera quiénes eran.
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