La hija oscura de Elena Ferrante
Se mira a un niño y de inmediato comienza el juego de las semejanzas, hay prisa por encerrarlo dentro del perímetro conocido de los padres. De hecho es solo materia viva, enésima carne causal procedente de largas cadenas de organismos. Ingeniería – la naturaleza es ingeniería, también la cultura lo es, después de la ciencia, solo el caos no es ingeniero– junto a necesidad perentoria de reproducción.
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