La historia comienza cuando el personaje principal, encarcelado por un crimen que no llega a mencionarse, despierta en una oscura y húmeda celda. En un intento de disipar el temor creciente en su interior decide estudiar el terreno, tanteando las paredes y contando sus pasos, pero después de mucho probar acaba reparando la inutilidad de sus cálculos en un lugar como aquel, dominado por una agobiante y espesa negrura, sumado a una extraña disposición de paredes, habiendo esquinas y ángulos por doquier. La habitación es relativamente grande, así que para dar por terminado su pequeña operación de reconocimiento decide cruzarla de un lado a otro, pero solo después de dar unos pocos pasos resbala y cae justo al borde de un precipicio.
Impulsado por el sobresalto se aleja, dirigiéndose a la pared mas cercana y presa del espanto se vuelve consiente de su situación, sus torturadores lo abandonaron a su suerte en un lugar donde el único camino seguro es una muerte lenta y dolorosa, porque si algo tenia muy claro era que no moriría al instante de caer por aquel pozo, tanto esfuerzo físico y mental hacen que se desmaye, pero unos segundos antes de caer en la inconsciencia, oye algunos susurros cercanos y por un momento tiene la fuerte sensación de que todo el tiempo lo estuvieron vigilando.
Cuando despierta nota tres cosas al mismo tiempo: la primera de ellas es la luz tenue inunda la celda permitiéndole detallarla a profundidad, descubre solo hay cuatro paredes revestidas con sendas planchas de metal y estampadas con unos borrones sin forma especifica, también alcanza a ver el enorme pozo ubicado en el centro del cuarto. De lo segundo que se percata es que esta inmovilizado, diversas correas de cuero lo tienen atado a una incomoda tabla de madera, dándole espacio para un poco de movilidad en la cabeza y un brazo, para tomar un poco de comida que tiene a su alcance inmediato. Lo ultimo que divisa es el péndulo, una enorme pieza de metal con un afilado borde en forma de media luna que oscila lentamente justo encima de el y desciende cada vez mas.
Entonces es cuando un repentino estremecimiento recorre todo su cuerpo y el pánico lo invade por completo, lo que el suponía era su tortura había sido solo una prueba y ahora se encontraba cara a cara con aquello que corte a corte danzaría hasta perforar su corazón, la desesperación borra de su mente cualquier idea racional y después de iniciar una batalla perdida contra sus sofocantes amarres, se dedica a observar el constante e hipnótico balanceo del péndulo que acabara con su vida y cada vez esta mas cerca, durante ese peculiar trance se le ocurre una ingeniosa idea, con el sobrante de comida dejado por las ratas, sus fieles compañeras de encierro, barniza el cuero de su amarre y las ratas al percibir movimiento trepan por todo su cuerpo y comienzan a devorar las tiras, pero no terminaran a tiempo, ya el péndulo esta muy cerca y su descenso es mas veloz a medida se acerca, cuando esta lo suficientemente cerca para espantar a las ratas y cortar las tiras, en un momento de increíble tensión logra liberarse, y el instante preciso que se levanta del suelo todo el ambiente de la celda cambia.
Una cegadora luz proveniente de las paredes estalla de repente en toda la habitación, y el prisionero nota que lo que el pensaba eran borrones en realidad eran horrorosos dibujos de demonios y demás atrocidades, las paredes comienzan desplazarse reduciendo el tamaño del cuarto, mientras el metal al rojo vivo despide calor que solo va en aumento, aquello era similar al mismísimo infierno, mas que suficiente para la crisis nerviosa en la que estalla el prisionero, quien ya ve a la cordura como un concepto tan desdibujado que no vale la pena intentar descifrarlo, entre sus gritos de agonía y desesperación y las planchas ardientes cada vez mas próximas la única salida disponible era aquel pozo, debía saltar por voluntad propia y morir quien sabe cuando, o quedarse en la hoguera que se volvió su celda y morir aplastado mientras ardía, entonces ya tomada la decisión y estando a punto de saltar al vacío, una compuerta se abre encima de el y una mano salvadora lo saca del horno. Las fuerzas francesas acababan de derrotar a la suma inquisición y descubrir los atroces métodos de tortura a los que eran sometidos todos los prisioneros.
Este cuento figura en el primer lugar en mi top tres de los mejores y mas aterradores de Edgar Allan Poe, los otros dos ya los reseñare luego por los momentos me voy a enfocar en este. Resulta impresionante como un cuento puede ser a la vez una fuerte critica, en este caso a las torturas inquisitoriales, la violencia desmesurada y a las injusticias del dia a dia. La agonia, el sufrimiento, el terror y el panico en su maxima expresion, recomendado a los amantes del terror y para las personas delicadas, mejor vayan y lean a John Green, 100% recomendado.
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