El escarabajo de oro de Edgar Allan Poe es, en realidad, dudoso que el genio humano pueda crear un enigma de ese género que el mismo ingenio humano no resuelva con una aplicación adecuada. |
El escarabajo de oro de Edgar Allan Poe es, en realidad, dudoso que el genio humano pueda crear un enigma de ese género que el mismo ingenio humano no resuelva con una aplicación adecuada. |
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El gato negro de Edgar Allan Poe
Lo ahorqué porque recordaba que me había querido y porque estaba seguro que no me había dado motivo para matarlo, lo ahorqué porque sabia que , al hacerlo, cometía un pecado, un pecado mortal que comprometería mi alma - si ello fuera posible- más allá del alcance de la infinita misericordia del Dios más misericordioso y más terrible.
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Cuentos de Edgar Allan Poe
¿Fue mi imaginación excitada, la influencia de la atmósfera brumosa, la incierta luz crepuscular del aposento, los vestidos grises que envolvían su figura los que le dieron un contorno tan vacilante e indefinido? No sabría decirlo. Ella no dijo una palabra, y yo por nada del mundo hubiera podido pronunciar una sílaba. Un escalofrío helado cruzó mi cuerpo; me oprimió una sensación de insufrible ansiedad; una curiosidad devoradora invadió mi alma, y, reclinándome en la silla, me quedé un rato sin aliento, inmóvil, con mis ojos clavados en su persona. ¡Ay! Su delgadez era extrema, y ni la menor huella de su ser anterior se mostraba en una sola línea del contorno. Mi ardiente mirada cayó por fin sobre su rostro.
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El cuervo de Edgar Allan Poe
Una vez, en la lúgubre media noche, mientras meditaba débil y fatigado sobre el ralo y precioso volumen de una olvidada doctrina
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Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe
La verdad rara vez se oculta en un pozo; de hecho, cuando se trata de cuestiones importantes del conocimiento, es mi opinión que la encontraremos invariablemente en la superficie.
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Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe
Tal vez era capaz de ver con una inusual claridad uno o dos detalles, pero a costa de perder de vista el todo; en otras palabras, se puede ser profundo en exceso.
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Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe
De hecho, se puede comprobar que quien posee ingenio tiende siempre a la fantasía, pero quien es en verdad imaginativo nunca es otra cosa que analítico.
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Cuentos completos II. El gato negro y otros relatos de Edgar Allan Poe
¿Quién no se ha sorprendido en múltiples ocasiones cometiendo una acción necia o malvada, por la única razón de que sabía que no debía cometerla?
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El corazón delator de Edgar Allan Poe
¿No os he dicho ya que lo que tomabais por locura no es sino un refinamiento de los sentidos?
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El corazón delator de Edgar Allan Poe
Me creéis loco, pero advertid que los locos no razonan. ¡Si hubierais visto con qué buen juicio procedí, con que tacto y previsión y con que disimulo puse manos a la obra!
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Cuentos de Edgar Allan Poe
Hay algo en el generoso y abnegado amor de un animal que llega directamente al corazón de aquel que con frecuencia ha probado la falsa amistad y la frágil fidelidad del hombre.
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El escarabajo de oro de Edgar Allan Poe
no me pregunte mas de lo que se: que el diablo me lleve si lo se. pero todo eso es cosa del escarabajo.
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El cuervo de Edgar Allan Poe
Y, entonces, abrí la puerta de par en par, y ¿qué es lo que vi? ¡Las tinieblas y nada más!
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Cuentos macabros de Edgar Allan Poe
Y puesto que por persona entendemos una esencia inteligente dotada de razón, y el pensar siempre va acompañado por una conciencia, ella es la que nos hace ser eso que llamamos nosotros mismos, distinguiéndonos, en consecuencia, de los otros seres que piensan y confiriéndonos nuestra identidad personal.
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La Carta Robada de Edgar Allan Poe
No está del todo loco. Pero es un poeta, por lo que considero que esta a un paso de la locura
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Poesía completa de Edgar Allan Poe
"Aunque el adiós me sea duro, es necesario que me aleje de ella: como mi pobre razón concibe, otro y no yo goza de su favor, por lo que, como un arenque ahumado, nunca sentí una sed mayor. Es para mí una situación penosa: ¡Dios quiera escuchar mi clamor!" -Edgar Allan Poe- |
Berenice de Edgar Allan Poe
En los días más brillantes de su belleza incomparable no la amé. En la extraña anomalía de mi existencia, mis sentimientos nunca venían del corazón, y mis pasiones siempre venían de la mente.
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¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?