Narrada al estilo de los policiales tradicionales, esta novela de Ed McBain es entretenida y de fácil lectura, pero no presenta mayores sorpresas, y nos muestra algunos personajes bastante estereotipados. Su protagonista, un abogado devenido en eventual detective, debe lidiar con sus problemas sentimentales al mismo tiempo que tiene que resolver el crimen de un cliente. Naturalmente las cosas se complican, y hay más cadáveres hasta que al final, como corresponde, se da con el criminal, mientras la vida sentimental de Matthew Hope, - a quien ya conocimos en otra novela- sigue dando tumbos. Es que, a diferencia de otros detectives de ficción, no se trata de un duro ni de un cínico, sino de un tipo demasiado sentimental como para no involucrarse más de lo aconsejable en los casos que investiga. En síntesis, nos encontramos con una buena opción para distraerse un rato en las vacaciones, pero no mucho más que eso. Enlace: https://sobrevolandolecturas.. |