El hombre de la arena de E.T.A. Hoffmann
[...] puede actuar de forma cruel, como una potencia diabólica que penetra en la vida de forma visible... pero sólo cuando tú mismo no seas capaz de expulsarlo de tu mente. Mientras sigas creyendo en él, existirá y actuará sobre ti. Sólo tu credulidad le otorga su poder.
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