Todo es mentira de E. Lockhart
Jule veía muchísimas pelis. Sabía que las mujeres rara vez eran el centro de ese tipo de películas. En vez de eso, eran tías buenas, trofeos, víctimas o amantes. La mayoría de las veces, existían para ayudar al gran héroe hetero y blanco en su puñetero viaje épico. Cuando había una heroína, esta no pesaba mucho, llevaba muy poca ropa y tenía los dientes arreglados.
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