La voz dormida de
Dulce Chacón
—Hay que sobrevivir , camaradas. Sólo tenemos esa obligación. Sobrevivir.
—Sobrevivir, sobrevivir, ¿para qué carajo queremos sobrevivir?
—Para contar la historia, Tomasa.
—¿ Y la dignidad? ¿Alguien va a contar cómo perdimos la dignidad?
—No hemos perdido la dignidad.
—No, sólo hemos perdido la guerra, ¿verdad? Eso es lo que creéis todas, que hemos perdido la guerra.
—No habremos perdido hasta que estemos muertas, pero no se lo vamos a poner tan fácil. Locuras, las precisas, ni una más. Resistir es vencer.