Acqua alta de Donna Leon
A veces, a Brunetti le parecía que Venecia había sido convertida en una prostituta a la que se obligaba a elegir entre distintos clientes: primeramente, se dio a la ciudad la imagen de un pendiente de cristal fenicio, cartel que fue reproducido mil veces y que al poco era sustituido por un retrato del Tiziano que, a su vez, cedió el puesto a Andy Warhol, desbancado éste por un ciervo de plata celta. Y era que los museos cubrían con sus carteles todas las superficies disponibles de la ciudad disputándose la atención y el dinero de los turistas.
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