Manual para damas sobre el cotilleo y el asesinato de Diane Freeman
—Esta es tu investigación. El hecho de que estés dispuesto a dejarme participar hará que me comporte lo mejor posible. Te prometo someterme a todas tus reglas. George me miró con aire satisfecho. —Ya sé que a caballo regalado no se le mira el diente —proseguí—, pero me gustaría saber por qué estás dispuesto a cederme parte de tu responsabilidad. George me agarró la mano, le dio la vuelta y me besó la muñeca, justo por debajo del guante. —Me gusta la idea de trabajar contigo, Frances. Creo que eres una excelente compañera. Y en este asunto en particular necesito tu ayuda. Sus palabras y sus gestos me confundieron. Cuando decía compañera, ¿se refería a la investigación o a algo más? |