Manual para damas sobre el protocolo y el asesinato de Diane Freeman
—Ni lo pienses —dije, levantando una mano en un gesto de advertencia—, desde que tengo uso de razón siempre ha habido alguien controlando mi vida. Primero mi madre, luego mi esposo y después la familia de mi esposo. Por fin tengo la oportunidad de decidir por mí misma, y aunque dé un poco de miedo, reconozco que me gusta.
|