Atrapada en el tiempo de Diana Gabaldon
—Te encontraré —susurró—. Te lo prometo. Aunque deba soportar doscientos años de purgatorio, doscientos años sin ti. Ése será el castigo por mis crímenes; por haber mentido, matado, robado y traicionado. Pero algo me salvará en el balance. Cuando esté frente a Dios, tendré algo que decir que compensará el resto —Su voz se apagó, convirtiéndose en un murmullo, y estrechó sus brazos alrededor de mí
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