No y yo de Delphine De Vigan
El rayo de 13,7 millones de años luz es pues el del horizonte visible. Más allá de esa distancia no puede verse nada, no se sabe si el universo se extiende más allá o no. Ni siquiera se sabe si tiene sentido preguntárselo. Por esa razón la gente se queda en casa, en su pisito, con sus mueblecitos, su vajillita, sus cortinitas y todo, por culpa del vértigo. Porque si levantamos las narices inevitablemente nos planteamos la cuestión, y también esa de saber qué pintamos, nosotros, tan pequeños, en todo esto.
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