La chica salvaje de Delia Owens
Su padre le había dicho muchas veces que un hombre de verdad es aquel que llora sin vergüenza, lee poesía con el corazón, siente la ópera con el alma y hace lo que haga falta para defender a una mujer.
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Calificación promedio: 5 (sobre 150 calificaciones)
/El fenómeno literario del año: más de 3 millones de ejemplares vendidos en Estados Unidos y traducida a más de 40 idiomas. "La chica salvaje" de la escritora estadounidense Delia Owens (Ático de los Libros), novela que nos narra la vida de Kya una niña abandonada en la selva. En el pueblo de Barkley Cove es conocida como la chica de la marisma. Y es que sólo asiste un día a la escuela y, desde los seis, años deambula sola entre canales y cañaverales. Una historia que tiene de todo, relaciones familiares caóticas, amistades verdaderas, misterio, crimen, romance, erotismo y mucha naturaleza. Descubre más en esta video-reseña que nos comparte la periodista Fabiola Palapa. Y este es uno de los LIBROS DE LOS QUE TODO EL MUNDO HABLA.
La chica salvaje de Delia Owens
Su padre le había dicho muchas veces que un hombre de verdad es aquel que llora sin vergüenza, lee poesía con el corazón, siente la ópera con el alma y hace lo que haga falta para defender a una mujer.
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La chica salvaje de Delia Owens
La soledad se hizo más grande de lo que podía contener. Ansiaba la voz, la presencia, el tacto de alguien, pero ansiaba aún más protegerse el corazón.
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La chica salvaje de Delia Owens
Cuando el hombre se ve acorralado, desesperado o aislado, recurre al instinto de supervivencia. Rápidos y justos, los genes triunfantes se transmiten de una generación a otra con más frecuencia que los genes amables. No es cuestión de moral, sino de matemáticas. Las palomas luchan entre ellas tan a menudo como los halcones.
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La chica salvaje de Delia Owens
—Sabes leer, Kya. Ya no habrá un tiempo en que no sepas leer. —No es solo eso —murmuró ella, casi en un susurro—. Es que no sabía que las palabras pudieran contener tanto. No sabía que una frase pudiera estar tan llena. Él sonrió. —Es una buena frase. No todas las palabras tienen tanto contenido. |
La chica salvaje de Delia Owens
La naturaleza la había cuidado, enseñado y protegido cuando nadie lo había hecho.
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La chica salvaje de Delia Owens
Y, como las fantasías vienen y van con facilidad, luego ella caminó hasta un tronco cubierto de musgo y se sentó. Él se unió en silencio. Quiso decir algo para que dejase de pensar en mamá , pero no encontró las palabras , y miraron en silencio la navegante sombra de los zapateros. Kya regresó a los escalones del porche y esperó un largo rato, pero no lloró al contemplar el final del camino. Su rostro permaneció inmóvil , sus labios eran una fina línea bajo unos ojos escrutadores . Mamá no volvió ese día.
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La chica salvaje de Delia Owens
Sabía que los años de aislamiento le habían alterado la conducta hasta hacerla diferente, pero ella no había tenido la culpa de esa soledad. La mayor parte de lo que sabía lo había aprendido de la naturaleza. La naturaleza la había cuidado, enseñado y protegido cuando nadie lo había hecho. Si su conducta diferente tenía consecuencias, estas derivaban del núcleo fundamental de la vida.
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La chica salvaje de Delia Owens
—¿Recuerdas, cuando leíste tu primera frase, que dijiste que algunas palabras tenían mucho contenido? —dijo un día Tate, sentado en la orilla del riachuelo. —Sí, me acuerdo. ¿Por qué? —Pues que eso pasa sobre todo en los poemas. Las palabras de los poemas sirven para algo más que decir cosas. Agitan las emociones. Hasta hacen reír. |
La chica salvaje de Delia Owens
A Kya le bastaba con ser una parte de esa secuencia natural tan constante como las mareas. Estaba conectada al planeta y a su vida como lo están pocas personas. Enraizada en esa tierra. Nacida de esa madre.
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