Dulce Despedida de David Nicholls
Este verano es una maldición, ¿no? Sale el sol, si tienes suerte el cielo está azul y, de pronto, tienes todas esas ideas previas de qué es lo que deberías estar haciendo: tumbarte en la playa, saltar al río desde el columpio de cuerda, hacer un picnic con tus fabulosos amigos, todo sobre una manta en una pradera mientras comes fresas y ríes a lo loco, como en los anuncios. El verano nunca es así, siempre son seis semanas de sentir que estás en el lugar equivocado con las personas equivocadas y que te estás perdiendo de algo.
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